Familias comprometidas con la construcción de la paz y la renovación de las relaciones sociales.

Familias comprometidas con la construcción de la paz y la renovación de las relaciones sociales.

Ante el deterioro social que vivimos, se ha dicho que las familias tienen un importante papel para recuperar la confianza y la armonía social, pero ¿Cómo pueden familias católicas mexicanas comprometerse en la construcción de la paz y la renovación de las relaciones sociales?

Según la Doctrina cristiana, el compromiso de las familias católicas mexicanas en la construcción de la paz y las cuestiones sociales tiene sus inspiración doctrinal principalmente en el Evangelio que nos hace el llamado a la acción por la justicia, la paz y el amor al prójimo. También, la Doctrina Social de la Iglesia, nos ofrece una serie de orientaciones para construir una sociedad justa y fraterna en los diferentes ámbitos en que estamos inmersos, las cuales describimos a continuación:

En la familia

Una de las principales tareas de la familia es la formación y transmisión de los valores. Corresponde a las familias educar a los hijos en la fe, la justicia, la solidaridad y el respeto. Estos los transmitimos de diferente manera, pero la mejor forma es por medio de la coherencia de nuestros actos; es decir, que nuestros hijos vean la autenticidad de nuestras acciones y deseos para alcanzar una verdadera paz.

Por ello, necesitamos mantenernos en constante oración, requerimos incluir la oración por la paz en todos los momentos de la vida familiar; desarrollar nuestras habilidades para el dialogo y la escucha mutua en el hogar nos enseñará a resolver los conflictos de forma pacifica y dialogada.

En la comunidad

Otra contribución importante es que las familias tengan una participación activa en la comunidad donde vivan a la parroquia a la que pertenecen, integrándose a grupos y organizaciones que trabajan por la paz y las realidades sociales (Caritas, Pastoral social, comedores, etc.), así como participar en acciones de voluntariado, ofreciendo tiempo y talento para ayudar a los más necesitados (migrantes, ancianos, etc.).

No olvidemos que por el bautismo estamos llamados a ser la familia de Dios y a tener una actitud profética para alzar la voz ante las injusticias y defender los derechos humanos, porque debemos promover el bien común, para lograr el desarrollo integral de la comunidad.

En la sociedad

Los problemas de la vida social también son problemas de la familia. Una buena participación social en tiempos electorales es ejerciendo el voto responsable, para elegir a los líderes comprometidos con la paz y la justica social.

Otras formas son promoviendo el consumo responsable, favoreciendo los productos y empresas que respetan el medio ambiente y los derechos humanos. Promover el cuidado del medio ambiente para proteger la creación de Dios y promover la sostenibilidad y el desarrollo, y construyendo una cultura de paz que eduque en la no violencia y la resolución pacífica de conflictos.

La buena nueva del Evangelio

¿Qué diría Jesús si le hiciéramos la misma pregunta? Él es más contundente; nos contesta como lo hizo con el fariseo cuando le preguntó cuál era el mandamiento más grande de la Ley, y su respuesta fue; << amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente... y al prójimo como a ti mismo>> (Mt 35-40).

Así mismo, nos dio un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros como yo los he amado>> (Jn 13,34-35) y <<nos amó hasta el extremo>> (Jn 13,1). Y nosotros ¿Qué diríamos?, primero le damos gracias a Dios, porque con su muerte y resurrección nos enseñó cómo amar, le pedimos perdón porque no hemos hecho lo suficiente y le solicitamos ayuda para que las familias sigan su ejemplo.

Jesús y Coco Flores Ramos. Dimensión Diocesana para la Pastoral de la familia.

Revista SEMBRANDO

(SIEMBRA, CULTIVA Y COSECHA TU FE)