La Misión de la Iglesia
- Catecismo Digital
- 10 jun 2024
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Verdad sobre la misión de la Iglesia.
El Señor la instituyo "para ser comunión de vida, de caridad y de verdad" (Lumen Gentium, n.9)
y como cuerpo, y sacramento de Cristo en quien habita toda la plenitud de la divinidad.
La Iglesia nace de la respuesta de fe que nosotros damos a Cristo. En efecto, es por la acogida sincera a la Buena Nueva, que nos reunimos los creyentes "en el nombre de Jesús para buscar juntos el reino, construirlo, vivirlo" (Evangelii Nuntiandi, n. 13.). La Iglesia es "congregación de quienes, creyendo, ven en Jesús al autor de la salvación y el principio de la unidad y de la paz" (Lumen Gentium, n. 9).
Pero por otra parte nosotros nacemos de la Iglesia: ella nos comunica la riqueza de vida y de gracia de que es depositaria, nos engendra por el bautismo, nos alimenta con los sacramentos y la palabra de Dios, nos prepara para la misión, nos conduce al designio de Dios, razón demuestra existencia como cristianos. Somos sus hijos. La llamamos con legítimo orgullo nuestra Madre, repitiendo un título que viene de los primeros tiempos y atraviesa los siglos.
Hay pues que llamarla, respetarla, servirla, porque "no puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre" (S. Cipriano. De catholicae Ecclesiae unitate, 6,8), "¿cómo va a ser posible amar a Cristo sin amar a la Iglesia, siendo asi que el mas hermoso testimonio dado en favor de Cristo es el de San Pablo: 'amo a la Iglesia y se entregó por ella'?" (Evangelii Nuntiandi, n. 16), "en la medida en que uno ama a la Iglesia de Cristo, posee el Espíritu Santo" (S. Agustin, In Iohannis evangelium, Tractatus, 32,8)
El amor a la Iglesia tiene que estar hecho de fidelidad y de confianza.

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