¿Concuerda la Biblia con la ciencia?

Hay muchos que acusan a la biblia de ser un libro plagado de mitos, totalmente en desacuerdo con la ciencia, llegando a descalificarla completamente, hasta el grado de afirmar que, incluso como libro histórico, tiene un valor nulo.

Sin embargo, conviene aclarar que la biblia no tiene como finalidad transmitir una verdad científica, sino religiosa: responde esencialmente a la pregunta: ¿Que debe hacer al hombre para salvarse? (cfr. Dei Verbum 11).

Conviene aclarar que las aparentes discrepancias que existen en la Biblia no lo son en realidad, cuando nos damos cuenta que las Sagradas Escrituras utilizan diversos “géneros literarios”, como los siguientes: históricos o narrativos, jurídicos, proféticos, sapienciales, cánticos y plegarias, epistolares, apocaliptícos, etc. Tomar en cuenta estos géneros literarios, nos ayudará a encontrar el verdadero sentido de un pasaje en las Escrituras y disiparlas aparentes contradicciones (cfr. Dei Verbum 12)

Otro aspecto a considerar es que la Biblia no debe ser interpretada literalmente. Esto conduce a un error llamado “fundamentalismo”, que es en el que caen las diversas sectas protestantes. Por ejemplo, en base a la Biblia, algunas sectas protestantes creen que el mundo fue creado literalmente en seis días, cuando la misma Biblia aclara que un día es una cantidad indeterminada de tiempo para Dios (cfr. 2 Pedro 3,8).

Algo que también debe ser tomado en cuenta es que si bien la Biblia esta inspirada por Dios, los hombres escriben inspirados por Él utilizando los recursos propios de su época y también, por qué no decirlo, con sus propias limitaciones. Y dentro de éstas está el hecho de que los pueblos semitas de antaño carecían del sentido de la abstracción. Por ejemplo, si preguntáramos: “¿Qué existían antes de la creación?”, nosotros contestaríamos fácilmente: “Pues la nada”. Sin embargo, este término sería difícil de expresar para el pueblo de Israel, donde nacieron los hagiógrafos (es decir, los escritores sagrados de la biblia). Para poder expresar esto, el semita diría que existía un árido desierto, donde no había ni árboles, ni agua, ni animales, y el sol abrasaba fuertemente a la tierra, o algo así por el estilo.

Finalmente, como lo hemos dicho, si bien la Biblia no es un libro científico, esto no significa que no aporte algunos datos que estén en armonía con la ciencia. Por ejemplo, da nociones de que la Tierra es redonda (cfr. Is 40,22), además nos dice que está suspendida en el vacío (cfr. Job 26,7) y por último el libro del Eclesiastés nos describe el ciclo del agua de una manera muy acertada (cfr. Ec1,7).

Sin lugar a dudas, la Biblia es un libro fascinante, por lo que no es casualidad que sea el libro más difundido sobre la fas de la tierra. Te invitamos a que lo conozcas. ¡No te arrepentirás!

Martín Basan.

Catecismo Digital (Formación Católica Básica)