El Dr. John Money y la historia David y Brian Reimer.
- Catecismo Digital
- 20 mar 2023
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David fue el nombre que él eligió años después.
Los hermanos gemelos David y Brian nacieron en Winnipeg, Canadá, el 22 de Agosto de 1965. A los siete meses de edad, notando que ambos varones gemelos tenían dificultades para orinar, un medico aconsejo a sus padres que los circuncidaran. Sus padres llevaron a los gemelos al hospital de San Bonifacio, en medio de una tormenta de nieve, donde se les haría una intervención considerada una rutina. Sin embargo, debido a la tormenta invernal, el cirujano no pudo llegar, por lo que un asistente decidió proceder. David fue el primero en ser intervenido. Sin embargo, la operación no pudo haber salido peor. Durante la pequeña intervención, el pene del bebé fue dañado por la maquina cauterizadora, causándole graves quemaduras. Eventualmente, los médicos le tuvieron que amputar el miembro.
Por varios meses sus padres se preguntaron qué hacer, hasta que una tarde vieron por televisión un programa sobre el Dr. Money, un psicólogo neozelandés de la Universidad John Hopkins de Baltimore quien se autodenominaba como el «misionero del sexo». Money era uno de los lideres en el nuevo movimiento, caracterizado por la ideología de genero. Para él, el sexo de cada persona no era predeterminado por la biología, sino era algo que se adquiría con el tiempo debido a los factores sociales y del ambiente en el cual unos se criaba. En el programa, Money discutió cómo era posible quitar el sexo de bebés que no tenían formados completamente los órganos sexuales. Los padres de David vieron en este hombre la solución al problema de su hijo.
La familia se contacto con el Dr. Money, quien les ofreció un tratamiento «único» para su hijo. La realidad era que finalmente el Dr Money había encontrado a un conejillo de indias para probar su teoría. Rápidamente el doctor persuadió a los padres acerca del camino a seguir. Lo mejor para David era que sea intervenido quirúrgicamente, crearle una «vagina» y someterlo a un prolongado tratamiento hormonal para convertirlo en «niña». El hecho de que tenía un hermano gemelo varón también fue de gran interés para el doctor, porque eso probaría su teoría acerca del género.
David fue criado por sus padres como niña, a la cual decidieron llamar Brenda. A lo largo de su niñez se proporcionaron intervenciones tanto quirúrgicas como hormonales para asegurarse de que desarrollara las características sexuales (secundarias) típicas de una muje. Sin embargo el intento de ocultarle al niño lo que había sucedido no funcionó. A pesar del tratamiento hormonal y lucir como una niña, de modo consistente declaró que se sentía varón. Incluso en cuanto aprendió a caminar, orinaba de pie. No hubo modo de meterle que las niñas orinaban sentadas.
De hecho, las compañeritas en la escuela recriminaban a la «niña» por su comportamiento varonil. Naturalmente Brenda se metía en el baño de los varones, porque sentía que debía orinar erguida.
Money, por mientras, hacía alarde de su gran descubrimiento. La revista Time llegó llego incluso a publicar un largo articulo sobre su teoría del género: «Este dramático caso provee un fuerte apoyo con respecto a la teoría de la liberación de la femenina: que los patrones convencionales sobre el comportamiento masculino y femenino pueden ser alterados». Del Dr Money. Para asegurarse que Brenda adquiriera comportamiento femenino, obligaba a los gemelos a entablar acciones de tenor sexual, buscando que Brenda entendiese que no era varón. Pero nada funcionaba y aquello que el Dr Money proclamaba en sus artículos y congresos era una gran mentira.
Todo esto llevó a David a grandes traumas y tratamiento psiquiátrico, ya que intentó suicidarse varias veces. Finalmente, a la edad de 14 años, el psiquiatra que atendía a David le recomendó a sus padres que le dijeran la verdad.
En cuanto el padre se lo contó, se roció con nafta y se prendió fuego. La tentativa de suicidio fue una constante en ese infierno en que lo metieron.
A las pocas semanas de haber escuchado la verdad, David decidió someterse a operaciones para cambiarse de sexo, el sexo biológico que le correspondía de nacimiento y que nunca se pudo acallar por más operaciones y tratamientos hormonales que el Dr Money había administrado.
David comenzó el difícil y largo proceso de revertir las intervenciones y hormonales y quirúrgica que se habían realizado para femenizar su cuerpo, pero el tormento de su dura experiencia infantil y adolescente nunca lo abandonó y se quitó la vida en 2004, a los 38 años de edad, su hermano gemelo, Brian, al cual el Dr Money había forzado a establecer prácticas sexuales con su hermano David en sus visitas anuales, se había suicidado dos antes.
David Reimer y su hermano Brian son dos de las tantas víctimas de la ideología de género. Sus vidas son un ejemplo concreto del daño causado por esta ideología nociva y que no tiene nada de científica. El sexo no es algo que se pueda reasignar social y médicamente a un niño. Por eso, la noción de género propuesta por el Dr Money atenta contra la salud mental de todo niño.
Que ambos, David y Brian, descansen en paz. Porque fueron inocentes de una aberración ideológica que ha reaparecido con más fuerza que nunca. Esto es una prueba más que la teoría de que la identidad de género se puede reasignar social y médicamente ha producido un daño enorme en niños y adultos víctimas de la ideología.
Este tema fue tomado del libro “Atrapado en el Cuerpo Equivocado” la ideología de género frente a la ciencia y la filosofía, del señor Pablo Munoz Iturrieta . Es una forma en que Laicos Católicos en la Red y Catecismo Digital (Formación Católica Básica) intentan dar a conocer el peligro que representa la ideología de género, para la sociedad, y en especial para la familia. Todo aquello que atente contra el ser humano corresponde a toda persona creyente y no creyente, hacer conciencia de que estas ideologías son realmente un atentado contra la integridad humana.
Nosotros los Católicos en especial, por el amor a Dios y al prójimo es que debemos luchar para que estas peligrosas ideologías no se propaguen.
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