
Síndrome del Post Aborto
- Catecismo Digital
- 21 mar 2023
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Una de las cosas más importantes que debemos tener en cuenta es que el aborto es cuatro veces más peligroso que el parto normal. Así lo confirmo el estudio publicado en el número de agosto del 2002 del Southern Medical Journal.
Abortar no es fácil ni seguro como quieren como quieren hacerlo creer los promotores del aborto. Aunque el aborto esté liberado y se realice en clínicas bien condicionadas, hay muchas muertes; pero, sobretodo, el aborto tiene muchas secuelas físicas, incluido el cáncer, y muchas consecuencias psicológicas difíciles de curar. No es lo mismo abortar que tener un niño.
La IPPF (Federación Internacional de Planificación Familiar) durante décadas negó que hubieran secuelas de síndrome Postaborto, pero ya lo ha admitido en un documento titulado “Plan Trienal y Programa de Objetivos a largo Plazo (1990 – 1993 )”.
Según la Academia de Obstetricia de Inglaterra, las probabilidades de tener problemas psicológicos y psiquiátricos graves y permanentes después de un aborto pueden alcanzar el 59% de las mujeres que han abortado. El aborto se asocia con un riesgo de suicidio seis veces mayor comparado con las mujeres que dieron a luz normalmente. El riesgo de depresión es 65% mayor tras el aborto. Se da un 160% de incremento de acudir a tratamiento psiquiátrico en aquellas que han abortado y, en un 30% más, sufren ansiedad generalizada.
Un estudio del Journal of the National Cancer Institute, publicado el 2 de noviembre de 1994, llevado acabo por los investigadores del Hutchinson Cancer Center de Seattle, puso en evidencia que las mujeres que habían tenido un aborto tenían un 50% más de probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Ademas, la mujer que abortado tiene un 50% más de probabilidades de tener un aborto espontaneo. Un 200% más de tener un embrazo ectópico, que es muy peligroso, y un 40% más probabilidades de tener hijos con retardo mental. Todo esto sin contar con las depresiones y la posibilidad de caer en las drogas o en el alcohol que es cinco veces más que en las mujeres que dan a luz.
Philip Ney, experto en síndrome postaborto sostiene que el aborto disminuye la autoestima de la mujer y puede llevar a maltratar a sus hijos. Unos de los síntomas más dolorosos es la incapacidad de perdonarse así misma. Es el complejo de culpabilidad que la mujer puede llevar como un lastre toda su vida y para el cual necesita un tratamiento psicológico.
La vida testimonial de otros es importante, pues conocemos las experiencias que marcaron su vida.
Conozcamos el caso de Antonio:
“Soy joven, estudiante universitario de 23 años. Me gusta el deporte, la música, viajar, leer, tuve mi primera relación sexual a los 17 años.
Siempre e usado preservativo para evitar un embarazo no deseado. Así me lo ha transmitido la sociedad, los anuncios de televisión y la famosa campaña Póntelo-Pónselo. Por eso, los compraba en las farmacias y los usaba en todas mis relaciones.
Conocí a Pilar después haber roto con otra chica. Conectamos en seguida. Después de mes y medio saliendo, comenzamos a tener relaciones sexuales. En una de ellas, el preservativo debió romperse y no nos dimos cuenta. Después de tres semanas, a Pilar no le venía la regla. Compramos el test de embarazo en la farmacia y dio positivo. Aunque sentía muchísimo cariño por ella, no me había planteado si quiera la idea de casarme. Estaba conociéndola. Ninguno de los dos pensó en decir nadadel embarazo a nuestros padres. Yo decidí seguir a Pilar en lo que quisiera hacer y la apoyaría en su decisión.
Cuando nos vimos al día siguiente, me dijo: ahora no estoy preparada para ser madre. La comprendí. Sus padres ni siquiera me conocían. Le dije: sino quieres, no tienes porque tenerlo. Pero debemos solucionarlo cuanto antes. Ahora reconozco que pensaba en mi propio descanso mental. Cuanto antes abortara Pilar, antes me libraría del problema. Pensábamos que era lo único que podíamos hacer.
Y llego el día del aborto. Era una gestación de seis semanas. Esa media hora fue terrible: tenía miedo de que le pasara algo, porque realmente la quería. Me sentía fatal y me culpaba de que ella estuviera pasando una cosa así. Jamas pensé en el bebé. Nuestra relación siguió adelante. Pero el verdadero problema comenzó cuatro semanas después. Cuando ya pensábamos que nos habíamos quitado la complicación de encima empezamos a sentirnos culpables de los que habíamos hecho. Descubrimos que podríamos haber hecho otra cosa, que habíamos sido unos auténticos cobardes. Y dejamos de ser las personas alegres que siempre fuimos. Todo nos recordaba lo que habíamos hecho: nos sentíamos sugestionados por todo. Veíamos embarazadas por todas partes. Yo me sentía aludido por la palabra asesino. Me siento culpable, cobarde, enfadado conmigo mismo.
Nadie nos contó las consecuencias psicológicas del aborto. Tres meses después del aborto hable con un sacerdote. Su comprensión me saco de la angustia en la que estaba inmerso. Llore mientras le contaba todo lo que había pasado. Lo que más me ayudo de todo lo que me dijo, fue: si yo te comprendo, ¿Como no te va a comprender Dios?. Sé que Dios me ha perdonado. Por eso, quiero ver este error, como un regalo, jamas envidiare al que ha abortado y no se siente culpable. Ahora me ilusiona tener una familia: Quiero tener hijos, igual que Pilar veo un futuro bueno para los dos. Si conociese a alguien estuviera en la misma situación que yo, le animaría a seguir adelante con el embarazo: De eso jamas se arrepentirá. De abortar es muy probable que si.
Deberíamos ser más responsables y consecuentes con nuestros actos hasta el final. Es lo que da la felicidad. Ademas, por encima de todo, siempre estará el derecho ala vida que hay que respetar, es lo justo. Aunque el aborto fue una decisión de ella, si la hubiera convencido, lo habríamos tenido. Ahora estoy arrepentido.
El Síndrome Postaborto también es padecido por los médicos y empleados que trabajan directamente en la realización de abortos, no pueden vivir felices y tienen pesadillas que no les dejan dormir plenamente. Así lo confirmo Bernard Nathanson por su propia experiencia. En su libro: aborto ¿Derecho de la mujer?, detalla lo siguiente: “Recuerdo que en una fiesta que dimos, algunas esposas de los médicos me contaron que sus maridos tenían pesadillas por la noche y, gritando, hablaban de sangre y de cuerpos niños destrozados. Otros bebían demasiado, algunos tomaban drogas y varios de ellos tuvieron que consultar a especialistas en desordenes mentales. Muchas enfermeras se volvieron alcohólicas y otras abandonaron la clínica afectadas de serias perturbaciones nerviosas”.
Él mismo Nathanson tuvo que someterse a tratamiento sicológico. Afirma: “he pasado por todo el catalogo de remedios seculares: alcohol, tranquilizantes, libros de autoayuda , consejeros. Incluso me he permitido cuatro años de psicoanálisis. Yo me despreciaba a mi mismo. Sabía que la enfermedad principal consistía en cortar los lazos del pecado y la culpa. La clínica era una cuadrilla de delincuentes profesionales, desembarazados de todo bagaje ético y moral.”
Tomado del libro del señor Carlos A. Ramírez, llamado “Va por todos”
Este tema del Síndrome del Post Aborto, es un tema que todo creyente y no creyente, debería conocer, entender, y manejar estos temas, por la importancia y peligrosidad, de este daño grande que se le hace a las mujeres que se practican el aborto.
Laicos Católicos en la Red y Catecismo Digital estamos realmente comprometidos con estás causas, y esperamos su apoyo a nuestra comunidad.
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